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NOMENCLATOR DE ARTEFACTOS Y UTENSILIOS EMPLEADOS DENTRO DEL CULTO RELIGIOSO
JOSÉ MANUEL HERNÁNDEZ
CONTENIDO:

Introducción

Nomenclador

Bibliografía

III

ACETRE:
Ver Caldereta
ALBA:
Vestidura blanca con mangas, en forma de túnica que baja hasta los pies y se ciñe a la cintura por medio del cíngulo. Con anterioridad a su uso debía ser bendecida por el obispo o por un sacerdote autorizado y emplearse principalmente en la celebración de la misa, al dar la comunión y en el momento de exponer el Santísimo Sacramento.
ALTAR:
Lugar levantado en forma de mesa o sarcófago que se emplea para celebrar el santo sacrificio de la misa. Realizado fundamentalmente en piedra o en madera, el altar está considerado dentro de la liturgia como un símbolo esencial de la presencia mística y del memorial del sacrificio de Jesucristo.
AMBON:
Durante la Edad Media en las basílicas mayores existían dos púlpitos denominados ambones, levantados a derecha e izquierda cerca del presbiterio. En el de la izquierda se leía el Evangelio y en el de la derecha la Epístola. Aunque de forma aislada y anacrónico, los ambones también pueden observarse en la decoración interior de algunos templos coloniales hispanoamericanos.
ANDAS:
Base o tablero sostenido por dos varas horizontales y paralelas que se utiliza para conducir las imágenes en las procesiones.
ANTIPENDIO:
Ver Frontal de Altar
ATRIL:
Soporte en forma de plano inclinado que se utiliza para sostener un libro abierto. Suelen colocarse sobre el altar y están realizados en plata, bronce dorado o madera.
AUREOLA:
Las aureolas tienen forma de disco o círculo cuyos rayos o llamas dan la impresión de la luz y suelen colocarse detrás de las imágenes de Dios, de la Virgen María y de los santos para expresar la naturaleza divina o la santidad de las personas representadas.
BÁCULO:
Instrumento generalmente metálico, ligeramente encorvado en uno de sus extremos y similar por su forma al cayado que emplean los pastores. Debido precisamente a su simbolismo pastoral, es entregado a los obispos durante su consagración y a los abades y abadesas en el momento de su investidura.
BANCO:
Asiento de madera generalmente con respaldo en que pueden sentarse varias personas. Son empleados por los fieles durante las ceremonias religiosas y están ubicados a lo largo de la nave central y en las naves laterales de las iglesias.
BONETE:
Especie de gorro de tres o cuatro puntas que empleaban generalmente los eclesiásticos y seminaristas.
BURILADA:
La "burilada" que efectuaban los oficiales del gremio de plateros denominados marcadores o contrastes, consistía en la muestra de metal que se extraía de la pieza utilizando para ello el buril. Mediante este procedimiento, era posible evaluar la pureza del metal empleado comprobando con ello su respectiva ley (de acuerdo a lo exigido en la mayoría de las ordenanzas, once dineros para la plata y veintidós quilates para el oro). La marca dejada por el buril o "burilada" es algo profunda y siempre en forma de zigzag, ella resulta asombrosamente escasa no sólo en la platería venezolana sino también en otros centros hispanoamericanos particularmente importantes (1).
CALDERETA:
Vasija o recipiente de metal, de proporciones pequeñas y con una asa. Se emplea para llevar el agua bendita.
CALIZ:
Es el vaso sagrado que se utiliza para la consagración del vino durante la misa. Por su altísima finalidad, el cáliz fue suntuosamente elaborado desde los siglos iniciales de la Edad Media. Las más antiguas disposiciones ordenaban que debían ser de oro o plata y sólo de estaño en casos de extrema pobreza. El cáliz esencialmente estaba formado por tres elementos unidos entre sí: el pie, generalmente circular a partir del Renacimiento y dividido en molduras concéntricas de diámetros decrecientes; el astil o sección intermedia, siempre con un nudo central que servía para tomarlo y la copa, lisa u ornamentada, de tipo cilíndrico y necesariamente dorada en su interior. El cáliz debía ser consagrado por el obispo antes de entregarse al uso litúrgico; cuando se rompían, agujereaban, recibían un nuevo dorado o eran profanados, debían consagrárseles de nuevo.
CAMPANA:
Instrumento generalmente realizado en bronce y en forma de copa invertida, que se pone en vibración al ser golpeado internamente por el badajo. Era utilizada principalmente en los templos para anunciar las horas diarias de oración y convocar a los fieles a los actos de culto. Dentro de las edificaciones de carácter religioso, las campanas se ubican en la parte superior de las torres adosadas a los templos denominadas campanarios.
CAMPANILLA:
Pequeña campana portátil generalmente realizada en plata o en bronce, que de acuerdo a las disposiciones litúrgicas servía durante la misa para señalar el himno del "Sanctus" y el momento de la elevación de la Sagrada Hostia y del Cáliz. Otras normativas acerca de su uso indicaban que no debía tocarse con el Santísimo expuesto, ni tampoco en las misas privadas cuando había función de rogativas. Al igual que las vinajeras, las campanillas de la misa nunca se bendecía (2).
CANDELERO:
Utensilio metálico que se emplea para mantener verticalmente la vela o candela. De acuerdo a las normas de la liturgia, la luz dentro del templo cumplía con dos usos: el de la iluminación propiamente dicha y el del culto. En este sentido, el cirio pascual y las velas de misa debían de elaborarse con una "ex máxima parte" o "ex maiori parte" de cera, por ser considerada ésta una materia apta para, representar el simbolismo del sacrificio. Los candeleros que contenían las ve- las, podían estar sobre el altar o sobre los gradines, en número de seis en las funciones solemnes y no menos de dos durante las misas privadas. Para la misa privada de obispo, misa cantada y misa en día ferial, por lo menos era preciso la iluminación con cuatro velas. Para exposición privada, cuando menos seis y para la adoración perpetua, doce. El Ceremonial de los Obispos, prescribía el uso de luces en número impar, no sólo por razón de ornamento y de culto, sino además por su místico simbolismo: cinco en el altar de la Eucaristía, tres en el altar mayor y una para los demás altares (3).
CAPA PLUVIAL:
Prenda solemne de vestir que usan principalmente los prelados en algunos actos del culto divino; se coloca sobre los hombros y se cierra por delante por medio de broches o de corchetes. El nombre de pluvial le viene del uso que de ella se hacía primitivamente fuera de la iglesia, en las procesiones, por ejemplo, para protegerse de la lluvia. Desde finales de la Edad Media fue confeccionada en brocado de seda y decorada con gran riqueza. Su forma es la de un ancho manteo en forma de semicírculo que comúnmente llega hasta los pies. La viste el celebrante en diversas ocasiones, tales como en la de aspersión del agua bendita, en los entierros y responsos mortuorios y en la bendición y procesión del Santísimo Sacramento.
CASULLA:
Vestidura sagrada que se pone el sacerdote por encima de las demás, y la utiliza durante la celebración del santo sacrificio de la misa. La casulla es abierta en la parte superior y también por los lados; cae por delante y por detrás desde los hombros hasta la mitad de la pierna. Durante los siglos XVll y XVIII la Iglesia recomendó que las telas utilizadas en la confección de las casullas fuesen de excelente calidad (de seda con bordados en hilos de oro y plata a ser posible o con pinturas hechas al pincel). Antes de ser usadas las casullas debían ser bendecidas por el obispo o por un comisionado autorizado por él.
CATAFALCO:
Estructura o armazón de madera que se recubre de paños mortuorios y se erige dentro del templo para la celebración de las honras u oficios solemnes de un difunto, suponiéndole de esta manera presente en el momento de la ceremonia.
CINGULO:
Cordón con una borla en cada extremo, confeccionado en seda o en lino y que a manera de cinto, utilizan los sacerdotes para ceñirse el alba.
CIRIAL:
Candelero alto, sin pie y de un sólo cirio que llevan los acólitos en algunas solemnidades eclesiásticas.
CONCHA BAUTISMAL:
El primero de los siete sacramentos de la Iglesia, considerado como la puerta de la vida espiritual del cristiano, fundamenta su valor simbólico en lavar el alma de toda mancha de pecado, particularmente el original Las conchas bautismales generalmente realizadas en plata y similares por su diseño a las valvas de ciertos moluscos, se utilizaban para derramar el agua sobre la cabeza del bautizado y estuvieron vinculadas litúrgicamente durante siglos a la administración de este sacramento.
CONFESIONARIO:
Mueble en forma de armario cerrado que se utiliza para oír las confesiones de los fieles. Suele tener adentro una silla para el sacerdote y a los lados rejillas y reclinatorios para arrodillarse los penitentes que se confiesan. Los confesionarios generalmente se ubican en las capillas laterales de los templos.
COPÓN:
Es el vaso empleado para guardar y distribuir el Santísimo Sacramento. El copón empezó a ser utilizado a partir del siglo XIII, ya que con anterioridad se destinaban para tal fin pequeñas cajas o "pyxis" de metal, marfil o madera. El copón es similar al cáliz, con pie circular, astil con nudo y copa o recipiente de interior dorado (unidos los tres elementos por medio de tornillos y tuercas de plata) y está provisto además de una tapa coronada por una cruz. Antes de ser usado, el copón debía bendecirse por el obispo o por un sacerdote facultado para ello.
CORPORAL:
Lienzo de lino blanco que se extiende sobre el altar para colocar en él la hostia y el cáliz. Simbólicamente en los corporales descansa el cuerpo de Jesucristo, en ellos se requiere significar los pañales del Niño Jesús en su cuna y la sábana santa con que fue envuelto por José de Arimatea una vez descendido de la cruz.
CRISMERA:
Utensilio en forma de ampolla o botella, con su tapa correspondiente y que se utiliza para conservar los santos óleos. Estos últimos son consagrados por los obispos en ceremonia especial el día de Jueves Santo. Generalmente realizadas en plata, las crismeras deben ser tres: la primera con las iniciales "O.I., (Oleum infirmorum) Para el sacramento de la Extremaunción; la segunda con las iniciales "C.S.", o también "O.C." (Oleum sanctum; Oleum cathecumenorum), para el óleo de los catecúmenos y la tercera "O.Ch.,, (Oleum Chrismatis), o también "S-Ch. " (Sanctum chrisma), que es el óleo que se emplea par ungir a los que bautizan y se confirman, y también a los obispos y sacerdotes cuando se consagran o se ordenan.
CREDENCIA:
Pequeña mesa o repisa que se ubica cerca del altar, a fin de colocar sobre ella lo necesario para la celebración de los oficios divinos.
CRUCIFIJO:
Por sobre los otros aspectos de la vida del Salvador, el relativo a su Pasión tiene una destacada preeminencia en la iconografía cristiana, debido principalmente al extraordinario significado del suplicio y muerte de Cristo en la Cruz como fórmula redentora para el género humano. La efigie o imagen de Cristo crucificado se encontraba siempre en los altares de las iglesias, en las celdas de los religiosos y en las casas particulares. Estas imágenes generalmente talladas en madera de cedro, solían colgarse en los muros o erigirse sobre una peana. Los ejemplos existentes del período Hispánico suelen corresponder a dos actitudes principales la del Cristo ya muerto, con la cabeza caída y vuelta hacia la derecha, ostentando la herida del costado; y la del Cristo expirante con la cabeza levantada y la boca entreabierta. En ambos casos, el Cristo lleva corona de espinas entrelazadas y los pies se representan sobrepuestos, de manera que resulten perforados por un solo clavo.
CRUZ PROCESIONAL:
Es la cruz alta, generalmente de plata y muy ornamentada con que se abre la marcha en las procesiones. Su función principal es la de servir de guía a los fieles, simbolizando con ello la vida del cristiano y su seguimiento tras la cruz de Cristo.
CUSTODIA:
Para exponer y llevar en procesión al Santísimo Sacramento se emplea la custodia, así llamada porque guarda la Eucaristía, que es a la vez signo, sacramento, figura y sustancia del cuerpo histórico de Cristo (4).
En el siglo XII, la devoción popular y el sentimiento de contemplación, se concentraron en la presencia real del cuerpo y de la sangre de Cristo en la Eucaristía, desde entonces se comienza a elevar la hostia después de la consagración, a incensar y a doblar la rodilla delante de la Divina Majestad. Al siguiente siglo, se inicia la adoración fuera de la misa con la festividad del Corpus Christi, instituida por Urbano IV en su bula Transsiturus, del 11 de Octubre de 1264 (5). Dentro de la liturgia del Corpus, aparece la custodia, unida desde entonces a la grandeza y esplendor de la Procesión eucarística. La custodia ,procesional fue concebida inicialmente en forma de templete arquitectónico; después del Renacimiento la difusión de este modelo abarcó inclusive el ámbito hispanoamericano. La custodia de la Catedral de Santo Domingo en República Dominicana, ejemplo excepcional de esta tipología (6). Desde el siglo XVI sin embargo, aparecen las custodias de sol caracterizadas principalmente por la disposición de los rayos en torno al viril, por tener un menor peso y una mayor sencillez en cuanto al diseño. Este tipo de custodia, sin ser nunca exclusivo, ha prevalecido desde entonces hasta nuestros días.
DALMÁTICA:
Vestidura sagrada abierta por los lados, con mangas anchas y en forma de túnica que cubre el cuerpo por delante y por detrás y que es usada por los diáconos y subdiáconos cuando ejercen sus funciones en los oficios divinos.
DESPABILADERAS:
Tijeras diseñadas especialmente para quitar la parte ya quemada del pabilo o mecha de las velas.
DORAR AL FUEGO:
El dorado al fuego utilizado en la platería religiosa y particularmente en aquellas piezas cuya función se relaciona con la liturgia de la Eucaristía, concede al oro como metal precioso ser el símbolo de la más pura luz y a su vez indica la morada brillante donde Dios reside (7). Para el minucioso procedimiento de dorar la plata se preparaban por separado el oro y el mercurio en crisoles pequeños, llevándolos seguidamente al fuego hasta alcanzar una alta temperatura. Antes de que el oro comenzara a fundirse se mezclaba con el mercurio y esta amalgama era aplicada a la superficie del objeto. Una vez concluida la operación, la pieza se ponía sobre las brasas de un hornillo produciéndose la evaporación del mercurio, después de lo cual, la plata comenzaba a amarillear y adquirir lentamente la apariencia del oro (8).
ESCULTURA EN MADERA POLICROMADA:
Las formas artísticas surgidas en América a partir del proceso de colonización española fueron de alguna manera consecuencia del arte europeo nacido de la Contrarreforma. Entre los principios de este movimiento estuvo la defensa y reivindicación de las imágenes que servían para reafirmar valores esenciales que el protestantismo atacaba, como era el caso del culto a la Virgen y a los santos. Las primeras obras traídas por los peninsulares se convirtieron de inmediato en un eficaz instrumento de persuasión sobre las poblaciones indígenas a quienes se debía de evangelizar. Las imágenes de procesión enmarcadas dentro de espacios ilusorios y grandes aparatos decorativos permitirán que la escultura se revele como un magnífico recurso proselitista. Junto con la piedad y la fe viajaron a ultramar piezas artísticas de los mejores talleres hispalenses. Posteriormente, las necesidades del culto religioso en la incipiente sociedad venezolana fueron cubiertas también con obras importadas de México, Ecuador y Guatemala. La producción local comenzó a incrementarse sólo en el siglo XVII, heredando para ello las técnicas utilizadas en España. Usada con frecuencia la madera en la escultura española, era lógico que también fuese empleada por los imagineros criollos quienes usaron el cedro casi en forma exclusiva para sus obras. Asimismo, los procedimientos técnicos derivados de la tradición hispana se aplicaron invariablemente en todo el continente americano. Una vez labradas las imágenes utilizando para ello las gubias y el mazo de madera, se realizaba el aparejo, que consistía en la preparación y lijado de la superficie. Seguidamente se cubría la obra con una capa de yeso encolado. Sobre las zonas que debían dorarse, generalmente las vestiduras, se aplicaba una arcilla rojiza denominada bol de armenia. A continuación se doraba con hojillas de oro que se adherían por medio de un bruñidor con una piedra de ágata. Algunas veces, con punzones de diversos diseños se golpeaba levemente la superficie grabando así ciertas formas que imitaban las texturas o tramas. En otras oportunidades se pintaba directamente sobre el oro, para luego, mediante el estofado hacer reaparecer la hojilla del fondo y lograr los efectos de textiles como el brocado y el damasco. La policromía era aplicada en cada caso de acuerdo a la iconografía de la imagen. El paso final era la ejecución de las encarnaciones, con ellas se imitaba la piel, en calidades mates o brillantes; en este último caso para la operación de abrillantar el color se frotaba la pintura con un trozo de vejiga de carnero. En la búsqueda por alcanzar el verismo, la imaginería colonial utilizó con frecuencia recursos como ojos de pasta vítrea, lágrimas de cristal, pelucas, pestañas de cabello humano, joyas y vestiduras de tela.
De acuerdo a su estructura las obras se clasificaban en: imágenes de bulto o de talla completa, las cuales eran totalmente esculpidas en madera. Por su parte, las imágenes de candelero o de farol correspondían a esculturas general- mente articuladas, en las que sólo la cabeza, manos y pies iban tallados, mientras los cuerpos formados por listones de madera quedaban ocultos bajo las vestiduras. Por último, las imágenes en tela encolada se realizaban a partir de armazones de madera sobre los que se modelaban las telas enyesadas y encoladas imitando los pliegues y caídas de los ropajes. Hasta el presente han sido muy pocas las obras identificadas con sus respectivos autores. La casi totalidad de los ejemplos conservados en el país son de carácter anónimo. Al iniciarse el siglo XIX la producción escultórica se mantuvo invariable con respecto a los siglos anteriores. Sin embargo, a raíz de la guerra emancipadora, la escultura tradicional, el artesanado y los gremios desaparecen como otras tantas derivaciones de la ruina económica (9).
ESTOLA:
Ornamento sagrado que consiste en una estrecha banda de seda que cuelga del cuello e incorpora tres cruces, una en el medio y las otras dos en los extremos. La estola se emplea en la administración de los sacramentos, durante misa, en las procesiones y en el momento de dar las bendiciones rituales sobre personas o cosas.
FRESCO:
La técnica de pintura mural denominada fresco se basa principalmente en el cambio químico que sufren sus componentes, " ... Los colores de tierra, molidos y mezclados con agua pura, se aplican sobre una argamasa reciente, de cal y arena, mientras la cal está aún en forma de hidróxido de calcio. Debido al dióxido de carbono de la atmósfera, la cal se transforma en carbonato cálcico, de manera que el pigmento cristaliza en el seno de la pared" (10).
FRONTAL DE ALTAR:
Revestimiento de la parte delantera de la mesa del altar que ocasionalmente se extiende a los dos costados Suele estar realizado en madera dorada o policromada y también en plata repujada.
GREMIAL:
Paño cuadrado que se coloca el obispo sobre las rodillas cuando canta la misa o confiere las órdenes, reparte las velas el día de Purificación, los ramos en el Domingo de Ramos o impone la ceniza el Miércoles de Ceniza. Su finalidad primitiva era el impedir que la casulla se manchara con las manos.
GUIÓN:
Los guiones o gonfalones en plata del Santísimo Sacramento eran utilizados a manera de banderas flameantes en las procesiones, llevados delante del sacerdote y de la comunidad, los guiones abrían el acto junto con los ciriales y la cruz procesional. Sus banderas ornamentadas con motivos eucarísticos debían terminar siempre en dos puntas para establecer la diferencia con los guiones militares de formato triangular (11).
HISOPO:
Instrumento metálico de forma tubular que en uno de sus extremos presenta una pequeña esfera con perforaciones. El hisopo se emplea para rociar o esparcir el agua bendita y va siempre acompañado de la caldereta o acetre.
HOSTIARIO:
Caja pequeña de plata y generalmente de forma cilíndrica donde se guardan las hostias sin consagrar.
IMAGINERÍA:
Ver Escultura en Madera Policromada
INCENSARIO:
Brasero portátil unido a una tapa perforada por medio de varias cadenas. Suelen ser generalmente realizados en plata o en bronce y se emplean para quemar el incienso en determinadas ceremonias religiosas.
LÁMPARA:
Desde los inicios de la Edad Media las lámparas del Santísimo anunciaban dentro del templo la presencia de Cristo en el sacramento de la Eucaristía. Las disposiciones sobre su uso en el ceremonial y ritual romano, indicaban entre otros aspectos que debían estar encendidas permanentemente, alimentarse con aceite de olivo y ubicarse delante o al lado del lugar reservado al Santísimo. Diseñadas para colgar, las lámparas de plata estaban constituidas por un cuerpo principal de base circular. Arriba, las cadenas se sujetaban a un elemento también circular cuya función era la de sostener el vaso que contenía la llama. En algunos ejemplos conservados, esta parte superior de la lámpara se corona con una cruz y una veleta.
LEBRILLO:
Vasija de barro vidriado que se caracteriza por ser más ancha por el borde que por el fondo. De los talleres españoles de Puente del Arzobispo, Teruel, y Talavera de la Reina, llegaron a la Provincia de Venezuela los lebrillos, utilizados principalmente dentro de las viviendas para lavar la ropa, así como para otros usos domésticos similares. Sin embargo, en nuestro medio, los lebrillos fueron también empleados con frecuencia en las iglesias como pilas de agua para administrar el sacramento del bautismo (12).
PALIO:
Dosel generalmente realizado en brocado, terciopelo o damasco que es sostenido por cuatro o más varas largas de metal. El palio es utilizado principalmente durante las procesiones para cubrir al sacerdote que lleva la Eucaristía.
PATENA:
Es el platillo de oro o plata dorada y ligeramente cóncavo, donde se coloca la hostia en la misa. Dentro de la liturgia es igualmente utilizada para acompañar al sacerdote durante la distribución de la comunión a los fieles, colocándola bajo el mentón de cada uno para recoger la hostia o las partículas que de ella llegasen a caer. La patena acompaña. al cáliz y al igual que éste debe consagrarse.
PEANA:
Base o apoyo generalmente realizado en madera tallada, dorada y policromada que sirve para colocar encima una escultura o imagen religiosa.
PÍXIDE:
Este término deriva de la voz latina "pyxis" (caja) e identifica al pequeño recipiente que se utiliza para llevar la comunión a los enfermos. La píxide, con función semejante a la del copón por conservar la hostia consagrada, generalmente está constituida por dos tapas ovaladas o circulares que se articulan mediante una bisagra.
PORTAPAZ:
Desde los primeros tiempos de la Iglesia, existió la costumbre entre los cristianos de darse en las reuniones el beso de paz. El apóstol San Pablo así lo había recomendado a los corintios al señalarles: "Saludaos los unos a los
otros en ósculo santo" (1 Cor., XVI, 20). Tal fue el origen del beso de paz que de acuerdo a la liturgia romana se daban los fieles antes, de la Comunión. Al principio, el llamado "oris osculo" se realizaba sin distinción de sexo, pero luego se ordenó que se hiciera separadamente y para ello, en las iglesias los hombres se colocaban separados de las mujeres. Al suprimiese la costumbre del beso de paz en el siglo XIII, se introdujo el uso del portapaz. Consistía éste en una lámina o tablilla de oro, plata u otro metal, con la imagen de Cristo crucificado, el cual se daba a besar a los fieles por el sacerdote para que recibiesen la paz. A este objeto litúrgico también se le denominó: "osculatorium", "tabella pacis", "lapis pacis" (14)
PORTAVIÁTICO:
Los portaviáticos comúnmente elaborados en plata repujada y excepcionalmente labrados en oro, son a pesar de su diminuta escala muy semejantes a los sagrarios de las iglesias. Su configuración generalmente cilíndrica y con puerta giratoria, permitía guardar dentro de ellos un pequeño copón con el Santísimo Sacramento que debía llevarse a los enfermos. Estos curiosísimos objetos, tan reconocidos por su calidad en la orfebrería del barroco, se colocaban sobre el pecho del sacerdote por medio de una cadena. En su gran mayoría están ornamentados con la simbólica figura del Cordero o "Agnus Dei", en alusión a los dos conocidos versículos del Evangelio de San Juan (I, 29,36) y al otro igual- mente similar del libro del Apocalipsis (XIV, l).
PÚLPITO:
Tribuna o plataforma que se coloca en la nave central de las iglesias y que es utilizada por el sacerdote para la predica de la palabra divina. Generalmente los púlpitos se levantan sobre columnas y están empotrados en uno de los pilares de la nave central. Los elementos esenciales de todo púlpito son: la tribuna propiamente dicha, formada por la barandilla que rodea al predicador; el tornavoz que en forma de dosel se ubica sobre la tribuna y la escalera.
RECLINATORIO:
Mueble exclusivamente diseñado para arrodillarse y orar. El reclinatorio está constituido por tres partes distintas unidas entre si: un cascable bajo, similar a un pequeño peldaño y que sirve para arrodillarse; una sección vertical que forma el cuerpo del mueble y la parte superior constituida por una tablilla horizontal para poder apoyar los codos. Generalmente se usa desprovisto de todo adorno y solamente se le cubre con una tapicería especial para el uso de ciertas dignidades civiles y eclesiásticas.
RELICARIO:
Caja preciosa generalmente realizada en oro, plata o marfil y que a manera de artístico estuche se emplea para guardar las reliquias. Atendiendo a su contenido, los relicarios suelen ser de múltiples diseños y proporciones.
RETABLO:
Mueble decorativo de grandes proporciones, a la vez que recurso escenográfico, ubicado en el presbiterio detrás del altar y en las capillas laterales de los templos. Dividido en cuerpos horizontales y calles verticales que encierran un buen número de nichos generalmente distribuidos en forma simétrica, el retablo sirvió durante el período colonial en Hispanoamérica para enmarcar y promover las imágenes religiosas en un ámbito teatral, doblemente propicio para la liturgia y el culto popular.
ROQUETE:
Vestidura blanca, con mangas largas y estrechas, muy similar por su diseño al alba aunque reducido en su longitud.
SACRAS:
Denominación que se da a las tres hojas (impresas o manuscritas) que con sus correspondientes marcos y protegidas por cristales se colocaban sobre el altar, a fin de que el sacerdote leyera algunas oraciones de la misa sin recurrir al misal.
SAGRARIO:
El sagrario bajo o de reserva, provisto de puerta con llave y destinado a guardar las formas eucarísticas, era generalmente realizado en madera de cedro y recubierto con láminas de plata repujada. Internamente debía estar pintado o forrado en tela y disponer además de capacidad suficiente como para guardar varios copones. Ubicado centralmente delante del retablo y detrás de la mesa del altar, el sagrario era litúrgicamente imprescindible por servir de resguardo al copón con el Santísimo.
SOBREPELLIZ:
Ver Roquete
SOLIDEO:
Casquete confeccionado en seda que usan los eclesiásticos dentro y fuera de la iglesia para cubrirse la tonsura.
TEMPERA:
La témpera conocida también como "gouache", es una técnica al agua, opaca y hecha con pigmentos molidos aunque menos finos que los empleados para las acuarelas transparentes. Al igual que la acuarela, la témpera utiliza como agente aglutinante la goma arábiga, ampliada a su vez con pigmento blanco con cuya combinación se logra la opacidad de los colores.
TERNO:
Conjunto de ornamentos sagrados utilizados para la celebración de las misas solemnes donde intervienen tres oficiantes: sacerdote, diácono y subdiácono. El terno eclesiástico consta esencialmente de casulla y capa plúvial para el sacerdote y de un juego de dos dalmáticas para sus dos ministros acompañantes.
TURIBULO:
Ver Insensario
VINAJERAS:
Son las dos jarritas o ampollas pequeñas de oro, plata o cristal: utilizada una para servir el vino que se ofrece en el santo sacrificio; la otra, para contener el agua que se mezcla con el vino y que a la vez emplea el sacerdote para lavarse los dedos. Las vinajeras siempre van acompañadas de una bandeja o platillo donde se colocan y que recoge el agua del "lavabo".
VIRIL:
Es la caja encristalada de la custodia, de forma cilíndrica y plana y en cuyo interior se coloca la hostia. Constituido por dos discos de cristal engastados en oro o en plata dorada, el viril permite a la vez proteger y dejar visible el Pan Sacramentado. Dentro del viril y como complemento de él se ubica la luneta, formada por dos hojas metálicas delgadas entre las cuales se sostiene la hostia. Al reservar el Santísimo en el sagrario, no es la custodia lo que se guarda sino la luneta con la hostia. Para tal fin se emplea una cajita de plata, con tapa coronada por una cruz y dorada por dentro.


NOTAS

(1) Lawrence Anderson,
El arte de la platería en México 1519-1936, pp.283-285.
(2) Pbro. J. Ferrando Roig,
Normas eclesiásticas sobre arte sagrado, pp.56-57.
(3) Roig, Op. cit., pp. 49, 64, 66.
(4) José Antonio Sayés,
El misterio eucarístico, p. 166.
(5) Sayés, Op. cit., pp. 167, 179.
(6) Diego Angulo Iñiguez,
Historia del arte hispanoamericano, Tomo I, p. 110.
(7) George Fergunson,
Signos y símbolos en el arte cristiano, p. 49
(8) Descrito en forma detallada este largo y tóxico procedimiento en Anderson, Op. Cit., pp. 278-280
(9) José Manuel Hernández,
El futuro de ayer imaginería sacra venezolana de tres siglos, pp. 27-30
(10) Colin Hayes,
Guía completa de pintura y dibujo técnicas y materiales, p. 99
(11) Alfredo Taullard,
Platería sudamericana, p.44
(12) Carlos F. Duarte y María L. Femández,
La cerámica durante la época colonial venezolana, pp. 24-25.
(13) José Manuel Cruz Valdovinos,
Catálogo de platería Museo Arqueológico Nacional, pp. 17-18.
(14) Enciclopedia de la religión católica, Tomo VI, p. 113.

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