Indice General

Introducción

I. El Perfil de la Institución Museística


II La Proyección Museística

III. El Registro e Inventario de Colecciones

IV. La Conservación del Museo

V. Museografía

VI. La Infraestructura Física de Museos

VII. Bibliografía

 



Armas y Armaduras
Estos objetos son especialmente sensibles al moho que se produce por el contacto directo con los dedos, su manipulación siempre deberá hacerse por intermedio de guantes. La humedad es principal factor de deterioro en este tipo de materiales, por tanto se debe evitar su exposición a este elemento.

Sólo personal autorizado y adecuadamente capacitado podrá manipular estos objetos, considerando los peligros que puedan significar la incorrecta manipulación de armas.

Joyas
Toda joya debe ser envuelta inicialmente en papel de seda, y de ser necesario mayor protección, se cubre mediante algodón. Nunca en tela, pues de engarzarse alguna parte delicada o detalles en el tejido, podrían abrirse las monturas con el consecuente extravío de componentes.

Las piezas de joyería no deben ser manipuladas sino bajo el control de personal calificado.

Esculturas de gran formato
El desplazamiento de esculturas de grandes dimensiones plantea un problema que debe ser resuelto por especialistas. Esta actividad representa un gran riesgo de accidentes tanto para personas como para la obra misma, por lo que su ejecución debe estar planificada y provista de todos los recursos humanos y técnicos necesarios.

Aún cuando una escultura de gran dimensión pueda ser levantada a mano, su traslado deberá realizarse siempre sobre vehículos acolchados sujetada adecuadamente. Antes de cualquier movilización, es importante realizar un examen de la obra que determine las zonas frágiles y de alto riesgo en el objeto y atiéndase éstas con especial interés.

Nunca ejerza presión en partes sobresalientes de la obra (cabeza, manos, cuello, etc.).

Nunca apoye obras de grandes dimensiones directamente sobre el suelo, ya que su suspensión se verá dificultada. De ser necesaria la apariencia de que la obra esté directamente sobre el suelo, deberá proveerse de un soporte plano, preferiblemente de madera sólida, cuyas dimensiones sean inferiores al objeto a sostener pero con un grosor superior a los 2 cms. De esta manera podrá fácilmente suspenderse la obra mediante la introducción de una cuña de madera.

Piezas de Ebanistería y Mueblería
Emplear siempre vehículos apropiados al tamaño y peso de las piezas. No transportar sobrecarga. Cuando se requiera el traslado de varios muebles, intercálense suficientes cojines para evitar el contacto y roce entre las piezas.

En aquellos objetos que posean placas de mármol, éstas deberán ser retiradas. El transporte del mármol deberá hacerse de manera que éste se coloque en sentido horizontal.

Nunca empujar o arrastrar estos objetos debido a la fragilidad de sus bases. Para el transporte cubrir los muebles tapizados. No exponer al contacto los tejidos.


Textiles
La manipulación de textiles debe realizarse, preferiblemente, bajo la dirección de personal calificado.

La higiene de las manos es imprescindible en la manipulación de este tipo de materiales, ya que su fragilidad restringe los tratamiento de limpieza.

Evitar que el tejido soporte su propio peso, utilizar barras o cilindros de sostén. Aún cuando el tejido aparente resistencia, nunca deberá ser sometido a tensiones. Al enrollar los textiles en sus soportes, retirar cualquier elemento sobresaliente, que pueda enredar y halar las fibras del tejido, igualmente cuidar de alisar los pliegues y arrugas.

Evitar todo lo posible el doblado de piezas textiles, en casos inevitables proceder al forrado de las unidades mediante papel de seda.

En este caso debe colocarse al exterior la superficie derecha.

Los tapices y alfombras enrollados sobre cilindros deben ser levantados por dos personas, cada una de ellas sujetará un extremo. Al descolgar tapices de una exposición, deberán cuidarse las medidas de seguridad para el personal que trabaja en escaleras. Asegúrese la estabilidad de estos elementos.

Los maniquíes vestidos deben permanecer cubiertos durante su transporte y almacenaje provisorio. Cuidar de sujetar siempre el armazón del maniquí, de manera de evitar todo contacto con las piezas de tela.

Obras de papel sin montar
Las hojas de papel deben ser levantadas únicamente por las esquinas superiores, de manera que caigan libremente sin que se produzcan pliegues o arrugas.

El traslado de este tipo de obras exige el uso de superficies planas, lisas y limpias (cartón por ejemplo), sobre las cuales serán colocadas en forma horizontal. Una forma más apropiada para el traslado resultan los portafolios, sobres, o cajas especiales. También puede ser útil el uso de dos láminas de cartón que protejan la obra durante su movilización.

Nunca doble o enrolle obras de papel. De ser inevitable al enrollar una obra, hágalo con la cara hacia fuera y con una hoja limpia cubriendo totalmente la superficie.

Reunir varias obras que no están montadas sobre un soporte, es una práctica no recomendable pero a veces resulta inevitable. En este caso las siguientes sugerencias consideran esta posibilidad. Si las obras son de pequeño tamaño, coloque cada obra dentro de una hoja doblada por la mitad, a manera de carpeta. Ello evita que la obra sufra contactos innecesarios.

Las obras a carboncillos, lápiz, u otros medios fácilmente borrables, requieren atención especial en cuanto a su manipulación, embalajes traslado.

Nunca debe colocarse una obra sobre otra, sin que medie una separación de papel glassine entre cada obra.

El traslado de varias obras reunidas sólo puede ser realizado correctamente utilizando cajas especiales, las cuales deberán mantenerse absolutamente niveladas.

Nunca se mantengan reunidas varias obras más allá del tiempo necesario. En caso de requerir agrupar obras, haga conjuntos pequeños y protéjalos mediante la colocación de una hoja grande sobre el grupo.

Si necesita localizar una obra dentro de un agrupamiento, proceda a separar obra por obra creando un nuevo conjunto, hasta encontrar lo buscado.

Obras de papel montadas
Maneje cada obra únicamente por su soporte. Evite el contacto de las manos con la superficie trabajada. Mantenga la obra ya montada sobre una superficie plana en posición horizontal.

Las obras montadas en un passe-partout doble debe colocarse un papel tipo glassine, durante todo el tiempo que la obra permanezca guardada, o cuando esté siendo transportada. El reunir obras montadas, debe atender a los mismos cuidados señalados anteriormente que para el caso de las obras sin montar.

El traslado de este tipo de obras de papel requiere la utilización de un carro con gavetas o uno de plataforma.

 

 


Seguridad en el Museo
Un Museo, como entidad depositaria responsable de la salvaguarda, preservación y divulgación del patrimonio de una comunidad, debe encarar con responsabilidad el aspecto de seguridad de su acervo cultural.

La pérdida o destrucción de cualquier material histórico, artístico o científico significaría siempre un perjuicio para toda la comunidad.

De una manera general la seguridad aplicada a los Museos implicará:

  • Prevención en la construcción de edificios
  • Protección contra incendios
  • Protección contra robos
  • Protección contra vandalismo
  • Sistemas de seguridad y vigilancia

Prevención en la construcción de edificios

  • Es necesario informar y orientar a los niveles directivos y administrativos acerca de la necesidad de los sistemas de seguridad.
  • En todas las instalaciones del Museo deben estar equipadas con dispositivos de seguridad: alarmas, extinguidores, luces de emergencia, etc. El edificio debe estar provisto de pararrayos.
  • En principio es aconsejable que el edificio del Museo guarde considerable distancia respecto a cualquier otra construcción.

Protección contra incendios
Una de las situaciones que exige mayor atención en los Museos son las condiciones de seguridad personal y material, en caso de incendio en la institución. Por lo tanto, es importante conocer las causas que pudieran generar un accidente de este tipo y cómo actuar en dicho caso.

Los incendios se producen por muy diversas razones:

  • manipulación. imprudente de líquidos inflamables
  • instalaciones eléctricas deficientes
  • instalaciones de aire acondicionado inadecuadas
  • negligencia humana

La importancia de prevenir estos siniestros requiere tomar en cuenta una serie de recomendaciones:

 

  • El director y/o jefe de seguridad, en colaboración con el servicio de bomberos, deben elaborar un conjunto de normas precisas a seguir por el personal del Museo. El servicio de bomberos deberá comprobar que el personal conozca bien las normas y su cumplimiento. Todas las instalaciones eléctricas del Museo deben ser revisadas periódicamente por especialistas, de acuerdo con un calendario fijo.
  • Nunca deben hacerse conexiones eléctricas improvisadas.
  • Antes de intentar apagar un incendio, el personal debe hacer funcionar la alarma y avisar al cuerpo de bomberos.
  • Evitar que el público y el personal fume en las áreas de alto riesgo (escaleras, ascensores, almacenes, biblioteca, salas de exposición, depósitos de líquidos e inflamables, laboratorios, salas de máquinas, sectores en reparación, etc.). Es aconsejable la colocación de letreros y ceniceros en las áreas de entrada, para que puedan ser vistos y utilizados por el visitante.
  • Evitar la acumulación de materiales de desecho o altamente inflamables.
  • Evitar sobrecargas eléctricas.
  • Todos los sistemas de seguridad deben recibir mantenimiento periódico que garantice su óptimo funcionamiento.
  • Todo el personal del Museo debe estar adecuadamente capacitado para actuar en situaciones de emergencia.
  • Colocar los extintores en sitios fácilmente accesibles.
  • Indicar la dirección de salidas mediante flechas y letreros de señalización.
  • Mantener permanentemente libres las salidas, escaleras y corredores de circulación.
  • Cada institución debe realizar periódicamente un simulacro de incendio y planes de escape rápido, para poder entrenar al personal en las acciones a tomar en caso de emergencia.
  • El personal y los vigilantes deben estar siempre alertas ante la posibilidad de que el fuego sea una maniobra de distracción bien planificada, para encubrir un robo. Debe considerarse igualmente que el grado de conmoción o confusión generado en un siniestro es situación propicia para un robo ocasional.


Es aconsejable que el personal esté entrenado para llevar adelante un plan de rescate de objetos o colecciones que establezca prioridades acerca de qué objetos salvar primero, cómo y bajo qué condiciones. El supuesto debe planificarse con todo detalle para asegurar su correcto funcionamiento, asignando a cada miembro de] personal un papel a desempeñar.

El plan de salvamento debe enseñar dónde encontrar los implementos tales como escaleras o material de embalaje, dónde se guardan las llaves de reserva de las puertas y vitrinas cerradas (lugar que deberá estar bajo la supervisión de un vigilante), así como los lugares seguros donde poder trasladar los objetos. La policía y el servicio de bomberos deben tener conocimiento del plan.

Extinción de incendios
Es importante señalar que no sólo el personal de Seguridad y Vigilancia debe estar entrenado sobre las particularidades del elemento fuego, sino también todo el personal sin distinción de jerarquía, funciones, edad y sexo.

Todos debemos tener nociones básicas para prevenirlo y combatirlo, al menos inicialmente hasta la llegada de los integrantes del cuerpo de bomberos.

Todo recinto de un Museo debe contar con elementos preventivos contra incendios, adecuados a la naturaleza de las colecciones y edificio.

Para combatir el fuego en sus distintas manifestaciones de origen, actualmente se emplean diversas sustancias químicas, además de las tradicionales, agua, tierra o arena seca. Debemos señalar que al menos para el contenido de los Museos, el uso del agua como elemento de extinción de incendios, puede colaborar aún más a la destrucción del patrimonio en forma irreparable, sobre todo manejada a gran presión.

Existen normalmente tres clases de fuego, producidos y originados por materiales de distintas naturalezas, los cuales se han clasificado con las tres primeras letras del alfabeto: "A", "B", "C".

 

  • Clase "A": provocado en telas, tapices, madera, papel y elementos similares. Generalmente se les denomina sólidos.
  • Clase "B": provocado por materiales inflamables, como la gasolina, petróleo, thinner, aceites, alcohol, etc. Generalmente se les denomina líquidos.
  • Clase "C": provocado por corto circuitos en instalaciones eléctricas, alumbrados, energía, motores y aparatos diversos. Generalmente se les denomina eléctricos.
    Para combatir cada uno de estos tipos de fuego, existen diversos medios:
  • Clase "A": puede utilizarse agua, arena seca, presión de agua con gas,. Existen extintores manuales pintados en color rojo con la letra "A" impresa, que trabajan por la presión de gas y agua.

    Su forma de manejo es la siguiente: se toma el extinguidor en forma vertical sin invertirlo, apoyándolo sobre el hombro, si carece de agarradera. La pequeña manguera de que está provisto deberá dirigirse hacia la base del fuego y se efectuarán disparos más o menos prolongados hasta lograr el efecto deseado.
  • Clase "B": suele utilizarse arena seca o tierra; cuando el foco inicial es reducido y pequeño puede tratar de apagarse ahogándolo por medio de mantas o telas gruesas. Se debe evitar la dispersión del líquido inflamado. No usar agua. Existen extinguidores manuales generalmente pintados de azul con la letra "B" impresa. Se usan con las mismas precauciones del extinguidor "A", con la salvedad de que en el caso del "B" para que funcione hay que voltear el extinguidor.
  • Clase "C'" acostumbra usarse arena o tierra seca; los extinguidores para combatir esta clase de fuego suelen estar pintados en amarillo o cromados, aunque también los hay en color rojo, todos con la letra "C" impresa.

    Para accionarlos se les debe quitar el seguro y dirigir la pequeña manguera a la base del fuego y presionar la palanca-gatillo de forma intermitente y breve cada vez, pues el golpe de la presión ayuda al elemento químico a sofocar el fuego. Existen además extinguidores denominados "A". "B" y "C", los cuales resultan ser los más apropiados, por ser capaces de extinguir cualquier tipo de fuego en sus inicios, si son utilizados convenientemente.
    Para su manejo hay que desprenderle el seguro y apuntar la manguera a la base del fuego oprimiendo la palanca-gatillo. Estos extintores se utilizan en forma vertical.

Protección contra robos
En los Museos deben adoptarse medidas de seguridad que impidan la desaparición de obras de colección. En está sentido el desarrollo de una política eficaz de seguridad contra robos debe considerar:

1. Necesidad de servicios de vigilancia en las áreas de exposición.

2. Antes de la apertura de las salas de Museos, los vigilantes deben proceder a una revisión general, para verificar irregularidades o daños. Debe repetirse la operación al cerrar las salas del Museo.

3. En caso de observar cualquier anomalía, debe darse aviso al responsable o jefe de seguridad.

4. Debe vigilarse que el público no traspase las barreras o cordones de protección que rodean los objetos expuestos en sala, a menos que se trate de esculturas o instalaciones participativas.

5. Los vigilantes deben estar atentos con los visitantes cuyo comportamiento parezca sospechoso.

6. En caso de robo, el responsable del Museo debe llamar inmediatamente a la policía, después de verificar la ausencia del objeto en los diversos departamentos del Museo.

7. La notificación del robo a la policía estará acompañada de una descripción completa del objeto robado, fotografías y señas particulares, igualmente una lista de los comerciantes y coleccionistas con quienes pudieran contactar los ladrones.

8. Es importante que el Museo establezca un inventario sistemático de su acervo para impedir preventivamente extravíos, así como para llevar un control de la existencia y estado de las colecciones.

9. Durante la realización de trabajos de mantenimiento en áreas donde se encuentren objetos, éstos deberán ser retirados. De no ser posible su retiro, los objetos deberán protegerse especialmente y los trabajos podrán ser adelantados bajo la permanente vigilancia de la seguridad del objeto en cuestión.

10. Cualquier salida de objetos o colecciones del Museo deberá ser reportada a la vigilancia y seguridad del Museo, y el procedimiento deberá estar autorizado por escrito por la Dirección de la Institución o por el responsable designado.

11. Para evitar la especulación, el tráfico ilegal de obras y las propuestas de rescate, los Museos no deben hacer público el valor de sus objetos.

Protección contra el vandalismo
Debido a la diversidad de público que visita los Museos, el personal debe estar preparado para enfrentar acciones de carácter irracional, como el vandalismo.

A fin de prevenir las repercusiones negativas que cualquier acto vandálico pudiera ocasionar a los objetos que el Museo atesora, las siguientes recomendaciones son de gran utilidad:

1. Todos los objetos expuestos deberán estar protegidos físicamente: los cuadros colocados bajo vidrios antireflectantes, los objetos dentro de vitrinas seguras, los frescos retirados mediante cordones, plantas, o plataformas elevadas, que no afecten la estética de los objetos.

2. En general la vigilancia eficiente e intensiva es el mejor modo de evitar las agresiones contra las obras de Museos. Aunque los actos maniáticos, por su carácter irracional son difíciles de prevenir, los vigilantes deben aprender a ser finos observadores, sensitivos a las manifestaciones y comportamientos particulares del público visitante.

3. Los actos de vandalismos dependen en buena parte de la imagen que el Museo ofrezca al público. Tanto en el exterior del Museo como en las salas y sectores abiertos al público, debe mantenerse un ambiente limpio, agradable y en buen estado.

¿Qué hacer en caso de actos de vandalismo?
En presencia de un ataque irracional o de vandalismo, la primera y más importante medida es prevenir la extensión de los daños. La detención del responsable es un asunto de importancia secundaria, salvo que sea la manera de evitar nuevas agresiones.

Si una pintura es rociada con un líquido debe inmediatamente ser secada mediante un paño limpio (un pañuelo, por ejemplo), a la vez que se notifica el hecho al Director o al técnico especialista. El objeto agredido debe ser trasladado sin dilación al taller de restauración para identificar, cuantificar y reparar los daños.

Sistemas de Seguridad y Vigilancia
Todo sistema de seguridad y vigilancia en un Museo tiene como finalidad primordial el proteger los objetos y colecciones de la misma institución. Contribuye además en la conservación de los mismos, toda vez que impide el contacto directo del público con las piezas o el comportamiento inadecuado de algún visitante.

En los servicios de seguridad y vigilancia consideramos tanto los dispositivos o sistemas especiales, como el recurso humano que presta tal servicio. En este sentido clasificamos los sistemas de seguridad y vigilancia según su radio de acción, en tres tipos:

1. Seguridad y Vigilancia externa: corresponde a la efectuada en las áreas exteriores de la institución (a través de muros y cercas).

2. Seguridad y Vigilancia interna: son los servicios prestados por equipos especiales o por personal que recorre las áreas interiores de la edificación (salas, oficinas, talleres, pasillos, balcones, escaleras, etc.).

3. Seguridad y Vigilancia especial: es el servicio que de manera particular se presta en áreas delimitadas a objetos o colecciones específicos (cajas de seguridad, vitrinas, salones, objetos, etc.).

Es importante destacar que el elemento humano es el factor insustituible en todo proceso de seguridad y vigilancia, puesto que en el hombre radica desde la planificación y diseño del sistema hasta su adecuada puesta en servicio y supervisión.

Las funciones del personal asignado a estas tareas deben estar perfectamente definidas y ser bien conocidas por todos los funcionarios de la institución. En términos generales, consiste en la supervisión del cumplimiento de las normas, reglamentos y disposiciones establecidas para la protección del patrimonio del Museo, especialmente de sus colecciones. Tales disposiciones deben ser previamente definidas por el personal técnico del Museo (especialistas en conservación, museografía, administración y seguridad).

Personal de Seguridad
Jefe de seguridad
El jefe de seguridad del Museo es el funcionario encargado de supervisar y organizar el funcionamiento de todas las instalaciones y sistemas técnicos de seguridad de la institución. Igualmente debe velar por el adecuado adiestramiento del personal adscrito a funciones de seguridad. Sus funciones son:

1. Establecer normas de seguridad para prevenir robos, deterioros y daños a los objetos patrimonio del Museo.

2. Preparar a los vigilantes ante cualquier eventualidad o emergencia ocurrida (incendios, inundaciones, terremoto, etc.).

3. Supervisar que los sistemas de comunicación exterior y luces de emergencia se encuentren en condiciones de ser utilizadas en cualquier momento.

4. Realizar recorridos frecuentes por las instalaciones del Museo.

5. Llevar registro de las novedades ocurridas y reportarlas a la Dirección del Museo.

6. No deberá abandonar el edificio bajo ningún concepto. En caso de ser notificado de emergencias en los exteriores del Museo, notificará a las autoridades pertinentes mediante los medios de comunicación apropiados.

7. Realizar inspecciones diarias en el interior y exterior del edificio, junto con los vigilantes a su cargo. Revisará las condiciones de ventanas, puertas, tragaluces, etc. Igualmente revisará las condiciones de las estructuras y los sistemas eléctricos.

Vigilantes diurnos
Son los funcionarios encargados de la vigilancia de las salas o sectores del Museo, durante el horario de atención al público. Sus funciones son:

1. Recibir y entregar la sala o sector con los reportes de novedades que hubiere.

2. Supervisar el estado de la sala y de las colecciones expuestas al momento de recibir el turno y antes de entregarlo.

3. Vigilar y prestar un servicio mínimo de orientación a los visitantes que lo soliciten.

4. Cerrar y asegurar puertas y ventanas existentes en la sala a su cargo.

5. Llevar un registro ordenado y diario de las novedades ocurridas durante su trabajo. Dicho registro deberá estar firmado diariamente por su superior inmediato.

Vigilantes nocturnos
Son los encargados de la seguridad y vigilancia de las instalaciones del Museo cuando éste ha sido cerrado al público, o durante los días feriados. Sus funciones son:

1. Recibir y entregar el Museo con los reportes de novedades que hubiere.

2. Supervisar los sistemas de alimentación eléctrica y aparatos eléctricos que hayan quedado conectados, igualmente revisar puertas y ventanas del edificio de manera de mantener todo adecuadamente cerrado.

3. Supervisar los sistemas de alimentación de agua y descarga de las mismas, procurando prever cualquier situación de riesgo

Presentación de los vigilantes
1. Deberán presentarse a sus trabajos correctamente aseados; si posee uniforme, debe portarlo en buenas condiciones. En caso de contar con placa de identificación, ésta debe colocarse de manera visible para que los visitantes del Museo puedan apreciar con toda rapidez y seguridad su nombre y calidad de encargado de la vigilancia.

2. Su trato o relación con los visitantes, no importan cual sea su edad, sexo, raza o condición social, deberá ser en todo momento cordial y atento. En el caso de verse obligado a llamar la atención de alguien, lo hará en forma mesurada.

Dispositivos técnicos de seguridad
La importancia y efectividad de los sistemas de detección ha sido reconocida y su tecnología se ha desarrollado hasta el punto de poder, en muchos casos, ser regulados a distintos tiempos de respuesta.

Para decidir el tipo de detectores a instalar, el Museo debe siempre tener en cuenta los objetos bajo su protección y su situación económica, a fin de seleccionar el sistema o equipo más efectivo en relación a su costo.

 

 

 

 

 

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