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Ubicación y proyección
en el contexto
El lugar donde se edifique
o construya un museo será un factor determinante para
el tratamiento tanto exterior como interior del edificio. Las
características de los diferentes sitios generan ventajas
y desventajas que deben considerarse ya que muchas veces, de
esto depende la proyección del museo en el contexto.
Un museo ubicado en un lugar céntrico tendrá fácil
acceso, pero también estará sujeto a afrontar
problemas urbanos tales como la contaminación ambiental
(el ruido del tráfico, las vibraciones externas, el polvo
y gases), tal factor debe ser contemplado debidamente con el
objeto de garantizar la conservación de la colección,
así como el disfrute del recorrido.
Un museo ubicado en un lugar poco céntrico o fuera de
la ciudad, podría presentar problemas, de accesibilidad,
lo cual limitaría la afluencia de visitantes y la proyección
del mismo, pero a su vez tendría menos posibilidades
de afrontar problemas de contaminación ambiental. Si
el museo se ubicara en Parques o jardines, se eliminarían
estos inconvenientes ya que los árboles actúan
como barreras y sirven de filtros naturales para el polvo y
las descargas de contaminación química, ayudando
a la estabilización de la humedad de la atmósfera.
Cuando se cuenta con la posibilidad de escoger un terreno para
ubicar un museo, se deben considerar algunos factores de importancia
que podrían contribuir con la seguridad y proyección
del mismo.
Es conveniente que esté próximo a estaciones de
policías y de bomberos, lo que garantizaría la
rápida intervención de estos cuerpos en caso de
emergencias. También podría ubicarse cerca de
escuelas, bibliotecas o lugares turísticos, ya que éstos
generalmente poseen áreas de acceso con capacidad de
movilizar y recibir un público numeroso. A su vez, estas
instituciones servirían como focos de atracción
de visitantes al museo.
En este punto es importante mencionar que los museos pueden
ser motivo de regeneración urbana, que debe pensarse
en la posibilidad de ubicar museos en zonas desasistidas culturalmente,
logrando una integración de usos y actividades, así
como un intercambio más extensivo entre los diferentes
sectores, enriqueciendo la calidad de vida de la ciudad.
Accesibilidad
Un museo debe ser accesible desde todas partes de la ciudad
a través de cualquier tipo de transporte y vialidad existente,
contando con la posibilidad de accederle caminando desde alguna
parada del transporte público. Además, es necesario
prever puestos de estacionamiento para el personal del museo,
público en general, carga y descarga de obras y otros
materiales.
Si el lugar donde se va a ubicar un museo es una calle pública
se escogerá preferiblemente el lado más tranquilo
para el acceso y podría estar protegido por una barrera
de árboles que los separasen del tráfico. Si en
cambio, el edificio está situado en un espacio aislado
(parques, jardines, etc.), la ubicación del acceso es
más libre, pero debe estar claramente conectado con la
entrada al área que delimita el terreno del museo, la
cual a su vez debería estar protegido por un muro límite.
Orientación del Edificio
La orientación del edificio para museo dependerá
de las condiciones climáticas del lugar. En este sentido
deben tomarse en cuenta algunos factores naturales como lo son
la incidencia de la luz solar y la dirección de los vientos
y lluvias, los cuales influirán especialmente en la distribución
espacial y equipamiento de las salas expositivas, de almacenaje
y en laboratorios de Restauración y Conservación.
Posibilidad de Crecimiento
El proceso de diseño de un edificio para museo debe estar
precedido, entre otras cosas, por un estudio que determine la
capacidad de los espacios que recibirán visitantes y
albergarán obras; sin embargo, la posibilidad de contemplar
la expansión de un museo es un hecho generalmente latente,
especialmente si se considera que las colecciones están
sujetas a un continuo crecimiento. Esto debe ser tomado en cuenta
principalmente en el diseño de los depósitos de
obras. Si el museo se ubica en lugares poco céntricos
es mayor la posibilidad de contar con terrenos suficientes para
construir una ampliación y/o un anexo.
Cuando se planifica de antemano una intervención posterior
de este tipo, debe tomarse en cuenta las futuras conexiones
espaciales e incluso estructurales del edificio original con
la mencionada ampliación.
Adaptación de una edificación de valor histórico
arquitectónico para uso museístico
En la intervención de una edificación de valor
histórico y/o arquitectónico para fines museísticos,
el arquitecto cumple una doble función: primero la interpretación
del monumento y su restitución a la colectividad como
testimonio de la cultura, para lo cual es necesario considerarlo
como unidad indivisible en donde el exterior y el interior deben
ser respetados por igual. A su vez, los viejos espacios deben
acondicionarse, en la medida de lo posible, para albergar las
diferentes funciones de un museo.
En este caso, el problema de la conservación duplica
la acción, debido a que es tan importante la conservación
de las obras, como la del edificio que albergará la colección.
Las intervenciones en una edificación antigua para adaptarla
a un museo pueden ser muy variadas, ellas dependerán,
entre otras cosas, del valor histórico de la edificación
en relación con las características arquitectónicas,
su propia distribución y bondad espacial, así
como por el tipo de colección a exponer y las actividades
a desarrollarse.
Cuando se recupera una edificación de valor histórico,
incluyendo los bienes muebles de la misma, el grado de intervención
debe ser mínimo ya que este entorno, por sí solo,
constituye un museo y las adaptaciones estarán referidas
al recorrido de los visitantes y a las medidas de conservación.
Cuando las características arquitectónicas de
una determinada época y/o estilo son muy fuertes, e incluso
la decoración ha permanecido, es conveniente que la colección
guarde estrecha relación con estas determinantes con
el fin de crear un ambiente armonioso y uniforme.
Si por el contrario, los objetos expuestos son de naturaleza
distinta y no corresponden con las características de
la edificación se generaría un doble código
de comunicación en cuyo caso el problema expositivo debe
ser muy bien resuelto para que unos y otros valores no compitan
ni se obstaculicen entre sí. Este problema no existiría
si solo se ha recuperado la edificación con sus características
arquitectónicas y éstas se trabajan de forma flexible
y neutra, de tal forma que sus espacios puedan albergar cualquier
tipo de obra. Esto es: interviniéndoles con gran respeto;
tratando de conseguir su forma más pura capaz de ser
adaptada a los diferentes programas expositivos. Así,
las salas pueden ser tratadas con colores que se adapten a las
exposiciones y en algunos casos las proporciones pueden ser
variadas a través de tabiquerías, cielos rasos,
tratamientos de color, etc.
También hay que prever la adaptación de los equipos
técnicos e instalaciones sanitarias, de tal forma que
no alteren el estilo del edificio, su estructura y percepción
visual del entorno.
Un factor muy importante, que debe tomarse en cuenta, es la
humedad. Este problema es constante en las viejas edificaciones,
y representa un gran peligro para las obras y para la misma
estructura de la edificación. Sin embargo, la misma puede
contrarrestarse aislando las fundaciones del suelo y/o tratando
las paredes y techos por medio de diversas técnicas según
sea el caso a tratar.
Recomendaciones
técnicas y funcionales generales
Construcción
y equipamiento
La construcción de un edificio para museo deberá
tomar en cuenta algunos factores de interés para la preservación
y seguridad del mismo.
- La construcción de cualquier edificio
exige de un estudio geológico del suelo para determinar
el tipo de fundaciones a usar o el tratamiento que se le deba
aplicar a las mismas. Esta operación es de vital importancia
en la construcción de edificios para museos ya que por
medio de ella se determinarán los materiales y/o métodos
impermeabilizantes y antivibratorios que contrarrestarían
en parte, los problemas de humedad y de conservación en
general que normalmente se suscitan en los museos.
- Es aconsejable que las paredes de soporte
estén calculadas para soportar la colocación de
objetos de dimensiones y pesos considerables.
- Las puertas que dan al exterior tienen
que ser resistentes y reforzadas a través de mecanismos
de seguridad. En lo referente a sus dimensiones, éstas
deben permitir una circulación cómoda y segura
de obras de gran formato, especialmente en las áreas expositivas,
depósitos, talleres y laboratorios de conservación
y restauración.
- El diseño de un museo debe prever
todos aquellos servicios para minusválidos: rampas en
entradas y salidas del edificio, en estacionamientos y en el
recorrido de salas expositivas, en caso de ser necesario.
- En cuanto al acondicionamiento térmico
del edificio se debe tomar en cuenta nuestro clima tropical.
Implementar un sistema mixto de climatización: natural
y artificial, esto es ideal siempre y cuando se consideren las
características de la zona donde está ubicado el
museo, así como el tipo de colección que éste
alberga.
Cuando se usa un sistema de ventilación
artificial en salas expositivas, de almacenaje y talleres de
conservación, hay que prever los problemas mecánicos
de los aparatos, es por esto que conviene usar circuitos alternos
de aire acondicionado, de manera tal que al fallar uno, se opere
inmediatamente el otro. Esta medida evitará cambios bruscos
de temperatura, los que afectan las colecciones y aceleran su
deterioro.
Además deben usarse dos sistemas de aire acondicionado,
uno para las áreas que albergan obras y otro para el resto,
ya que en el primer caso los aparatos deben permanecer encendidos
con el objeto de mantener el medio ambiente adecuado para la
conservación de las obras y/u objetos, mientras que en
el segundo caso, los referidos aparatos podrían apagarse
cuando culminen las jornadas diarias.
Acceso al edificio
Es conveniente que el edificio cuente con una sola entrada pública
localizada de forma totalmente independiente con respecto a las
entradas del personal y de servicio. Además debe ser diferenciada
como tal a través del tamaño o tratamiento que
se le aplique. Estas medidas garantizarían un control
de entrada y salida de los visitantes.


La entrada pública podría
estar seguida por un vestíbulo en donde se localizarían
ciertos servicios tales como módulos de información,
de seguridad, recepción de artículos, venta de
tickets, sanitarios públicos y la tienda del museo.
Además, esta zona de recepción
general estará seguida de otras zonas, que bien podemos
denominar de recepción especial, las cuales servirían
de antesala a las diferentes actividades cuyos visitantes no
pueden confundirse.
En caso de existir varias entradas públicas es indispensable
resolver el problema de control y de seguridad lo cual podría
hacerse a través de módulos de vigilancia o a través
de un control de circuito cerrado de televisión.
Cabe mencionar que los sistemas de seguridad adoptados nunca
deben invadir la atmósfera del museo, especialmente en
áreas de recepción donde el público debe
sentirse invitado a entrar de la forma más placentera
y estimulante posible. |