Indice General

Introducción

I. El Perfil de la Institución Museística


II La Proyección Museística

III. El Registro e Inventario de Colecciones

IV. La Conservación del Museo

V. Museografía

VI. La Infraestructura Física de Museos

VII. Bibliografía

 




Ubicación y proyección en el contexto

El lugar donde se edifique o construya un museo será un factor determinante para el tratamiento tanto exterior como interior del edificio. Las características de los diferentes sitios generan ventajas y desventajas que deben considerarse ya que muchas veces, de esto depende la proyección del museo en el contexto.

Un museo ubicado en un lugar céntrico tendrá fácil acceso, pero también estará sujeto a afrontar problemas urbanos tales como la contaminación ambiental (el ruido del tráfico, las vibraciones externas, el polvo y gases), tal factor debe ser contemplado debidamente con el objeto de garantizar la conservación de la colección, así como el disfrute del recorrido.

Un museo ubicado en un lugar poco céntrico o fuera de la ciudad, podría presentar problemas, de accesibilidad, lo cual limitaría la afluencia de visitantes y la proyección del mismo, pero a su vez tendría menos posibilidades de afrontar problemas de contaminación ambiental. Si el museo se ubicara en Parques o jardines, se eliminarían estos inconvenientes ya que los árboles actúan como barreras y sirven de filtros naturales para el polvo y las descargas de contaminación química, ayudando a la estabilización de la humedad de la atmósfera.

Cuando se cuenta con la posibilidad de escoger un terreno para ubicar un museo, se deben considerar algunos factores de importancia que podrían contribuir con la seguridad y proyección del mismo.
Es conveniente que esté próximo a estaciones de policías y de bomberos, lo que garantizaría la rápida intervención de estos cuerpos en caso de emergencias. También podría ubicarse cerca de escuelas, bibliotecas o lugares turísticos, ya que éstos generalmente poseen áreas de acceso con capacidad de movilizar y recibir un público numeroso. A su vez, estas instituciones servirían como focos de atracción de visitantes al museo.

En este punto es importante mencionar que los museos pueden ser motivo de regeneración urbana, que debe pensarse en la posibilidad de ubicar museos en zonas desasistidas culturalmente, logrando una integración de usos y actividades, así como un intercambio más extensivo entre los diferentes sectores, enriqueciendo la calidad de vida de la ciudad.

Accesibilidad
Un museo debe ser accesible desde todas partes de la ciudad a través de cualquier tipo de transporte y vialidad existente, contando con la posibilidad de accederle caminando desde alguna parada del transporte público. Además, es necesario prever puestos de estacionamiento para el personal del museo, público en general, carga y descarga de obras y otros materiales.

Si el lugar donde se va a ubicar un museo es una calle pública se escogerá preferiblemente el lado más tranquilo para el acceso y podría estar protegido por una barrera de árboles que los separasen del tráfico. Si en cambio, el edificio está situado en un espacio aislado (parques, jardines, etc.), la ubicación del acceso es más libre, pero debe estar claramente conectado con la entrada al área que delimita el terreno del museo, la cual a su vez debería estar protegido por un muro límite.

Orientación del Edificio
La orientación del edificio para museo dependerá de las condiciones climáticas del lugar. En este sentido deben tomarse en cuenta algunos factores naturales como lo son la incidencia de la luz solar y la dirección de los vientos y lluvias, los cuales influirán especialmente en la distribución espacial y equipamiento de las salas expositivas, de almacenaje y en laboratorios de Restauración y Conservación.

Posibilidad de Crecimiento
El proceso de diseño de un edificio para museo debe estar precedido, entre otras cosas, por un estudio que determine la capacidad de los espacios que recibirán visitantes y albergarán obras; sin embargo, la posibilidad de contemplar la expansión de un museo es un hecho generalmente latente, especialmente si se considera que las colecciones están sujetas a un continuo crecimiento. Esto debe ser tomado en cuenta principalmente en el diseño de los depósitos de obras. Si el museo se ubica en lugares poco céntricos es mayor la posibilidad de contar con terrenos suficientes para construir una ampliación y/o un anexo.

Cuando se planifica de antemano una intervención posterior de este tipo, debe tomarse en cuenta las futuras conexiones espaciales e incluso estructurales del edificio original con la mencionada ampliación.

Adaptación de una edificación de valor histórico arquitectónico para uso museístico

En la intervención de una edificación de valor histórico y/o arquitectónico para fines museísticos, el arquitecto cumple una doble función: primero la interpretación del monumento y su restitución a la colectividad como testimonio de la cultura, para lo cual es necesario considerarlo como unidad indivisible en donde el exterior y el interior deben ser respetados por igual. A su vez, los viejos espacios deben acondicionarse, en la medida de lo posible, para albergar las diferentes funciones de un museo.

En este caso, el problema de la conservación duplica la acción, debido a que es tan importante la conservación de las obras, como la del edificio que albergará la colección. Las intervenciones en una edificación antigua para adaptarla a un museo pueden ser muy variadas, ellas dependerán, entre otras cosas, del valor histórico de la edificación en relación con las características arquitectónicas, su propia distribución y bondad espacial, así como por el tipo de colección a exponer y las actividades a desarrollarse.

Cuando se recupera una edificación de valor histórico, incluyendo los bienes muebles de la misma, el grado de intervención debe ser mínimo ya que este entorno, por sí solo, constituye un museo y las adaptaciones estarán referidas al recorrido de los visitantes y a las medidas de conservación. Cuando las características arquitectónicas de una determinada época y/o estilo son muy fuertes, e incluso la decoración ha permanecido, es conveniente que la colección guarde estrecha relación con estas determinantes con el fin de crear un ambiente armonioso y uniforme.

Si por el contrario, los objetos expuestos son de naturaleza distinta y no corresponden con las características de la edificación se generaría un doble código de comunicación en cuyo caso el problema expositivo debe ser muy bien resuelto para que unos y otros valores no compitan ni se obstaculicen entre sí. Este problema no existiría si solo se ha recuperado la edificación con sus características arquitectónicas y éstas se trabajan de forma flexible y neutra, de tal forma que sus espacios puedan albergar cualquier tipo de obra. Esto es: interviniéndoles con gran respeto; tratando de conseguir su forma más pura capaz de ser adaptada a los diferentes programas expositivos. Así, las salas pueden ser tratadas con colores que se adapten a las exposiciones y en algunos casos las proporciones pueden ser variadas a través de tabiquerías, cielos rasos, tratamientos de color, etc.

También hay que prever la adaptación de los equipos técnicos e instalaciones sanitarias, de tal forma que no alteren el estilo del edificio, su estructura y percepción visual del entorno.

Un factor muy importante, que debe tomarse en cuenta, es la humedad. Este problema es constante en las viejas edificaciones, y representa un gran peligro para las obras y para la misma estructura de la edificación. Sin embargo, la misma puede contrarrestarse aislando las fundaciones del suelo y/o tratando las paredes y techos por medio de diversas técnicas según sea el caso a tratar.

Recomendaciones técnicas y funcionales generales

Construcción y equipamiento

La construcción de un edificio para museo deberá tomar en cuenta algunos factores de interés para la preservación y seguridad del mismo.

  • La construcción de cualquier edificio exige de un estudio geológico del suelo para determinar el tipo de fundaciones a usar o el tratamiento que se le deba aplicar a las mismas. Esta operación es de vital importancia en la construcción de edificios para museos ya que por medio de ella se determinarán los materiales y/o métodos impermeabilizantes y antivibratorios que contrarrestarían en parte, los problemas de humedad y de conservación en general que normalmente se suscitan en los museos.
  • Es aconsejable que las paredes de soporte estén calculadas para soportar la colocación de objetos de dimensiones y pesos considerables.
  • Las puertas que dan al exterior tienen que ser resistentes y reforzadas a través de mecanismos de seguridad. En lo referente a sus dimensiones, éstas deben permitir una circulación cómoda y segura de obras de gran formato, especialmente en las áreas expositivas, depósitos, talleres y laboratorios de conservación y restauración.
  • El diseño de un museo debe prever todos aquellos servicios para minusválidos: rampas en entradas y salidas del edificio, en estacionamientos y en el recorrido de salas expositivas, en caso de ser necesario.
  • En cuanto al acondicionamiento térmico del edificio se debe tomar en cuenta nuestro clima tropical. Implementar un sistema mixto de climatización: natural y artificial, esto es ideal siempre y cuando se consideren las características de la zona donde está ubicado el museo, así como el tipo de colección que éste alberga.

Cuando se usa un sistema de ventilación artificial en salas expositivas, de almacenaje y talleres de conservación, hay que prever los problemas mecánicos de los aparatos, es por esto que conviene usar circuitos alternos de aire acondicionado, de manera tal que al fallar uno, se opere inmediatamente el otro. Esta medida evitará cambios bruscos de temperatura, los que afectan las colecciones y aceleran su deterioro.

Además deben usarse dos sistemas de aire acondicionado, uno para las áreas que albergan obras y otro para el resto, ya que en el primer caso los aparatos deben permanecer encendidos con el objeto de mantener el medio ambiente adecuado para la conservación de las obras y/u objetos, mientras que en el segundo caso, los referidos aparatos podrían apagarse cuando culminen las jornadas diarias.

Acceso al edificio

Es conveniente que el edificio cuente con una sola entrada pública localizada de forma totalmente independiente con respecto a las entradas del personal y de servicio. Además debe ser diferenciada como tal a través del tamaño o tratamiento que se le aplique. Estas medidas garantizarían un control de entrada y salida de los visitantes.


La entrada pública podría estar seguida por un vestíbulo en donde se localizarían ciertos servicios tales como módulos de información, de seguridad, recepción de artículos, venta de tickets, sanitarios públicos y la tienda del museo.

Además, esta zona de recepción general estará seguida de otras zonas, que bien podemos denominar de recepción especial, las cuales servirían de antesala a las diferentes actividades cuyos visitantes no pueden confundirse.

En caso de existir varias entradas públicas es indispensable resolver el problema de control y de seguridad lo cual podría hacerse a través de módulos de vigilancia o a través de un control de circuito cerrado de televisión.

Cabe mencionar que los sistemas de seguridad adoptados nunca deben invadir la atmósfera del museo, especialmente en áreas de recepción donde el público debe sentirse invitado a entrar de la forma más placentera y estimulante posible.

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